¿CÓMO HABLAR CON LOS NIÑOS SOBRE LA MUERTE?
Seguramente, a la mayoría de madres y padres nos gustaría proteger a nuestros hijos del
hecho de que todas las vidas llegan a su fin, sobre todo por el dolor y sufrimiento que
genera la pérdida de algún ser querido.
Pero incluso los niños más pequeños están expuestos a la muerte y no podemos controlar
cuándo morirá alguien cercano a ellos. La conocen bien, porque se la encuentra en los
insectos muertos, en los cuentos o películas que ven, en un abuelo enfermo, en la pérdida
de una mascota o en los personajes de videojuegos.

Sin embargo, pocos adultos plantean el tema a los niños antes de que ocurra y cuando se
presenta, tendemos a sentirnos incómodos, sentimos que no tenemos recursos para abordar
este tema con ellos, cambiamos de tema lo más rápido posible o incluso mentimos al
respecto.
Lo cierto es que deberíamos hablar de la muerte de la manera más natural posible cuando
surja la ocasión: cuando veamos un animal muerto, cuando muera alguien en una película o
en nuestro entorno.
Es preferible hablar de ello sin la presencia de emociones intensas porque hablamos de algo
que no nos toca muy de cerca, esto es más fácil que hacerlo cuando muere alguien querido.
Para hablar con nuestros hijos sobre la muerte, es recomendable tomar en cuenta las
siguientes recomendaciones:
1. Estar preparado: reflexionar sobre nuestras propias preguntas o creencias sobre la
muerte para que, cuando hablemos con nuestro hijo, tengamos claro lo que
queremos decir y lo que les queremos transmitir.
2. Ser sincero: las mentiras o ciertas metáforas, que a veces utilizamos para que el
tema de la muerte sea menos aterrador, pueden causar más malestar y confusión en
el niño que alivio. Si no estamos seguros de una respuesta o no estamos preparados
para decir algo que calme la curiosidad del niño, es mejor decir no lo sé que
mentir.
3. Ser sensible a la etapa de desarrollo del niño/a: dado que a menudo se representa
la muerte en las películas, los niños pequeños pueden tener dificultades para tomarla
en serio y suelen fantasear sobre ella. Primero, pueden verla como algo de corta
duración y reversible, como con un personaje de fantasía que vuelve a la vida, pero
a medida que van creciendo, comprenderán que la muerte es algo más complejo,
aunque les sea difícil entender que puede afectar a alguien querido o que es
permanente.
4. Estar cerca: es mejor partir de la base de lo que cada niño sabe o cree acerca de la
muerte, sobre todo para ayudarle a comprender la idea de la mejor manera. Quizás
se esté haciendo una idea equivocada y sufra por ello. Debemos aprovechar cada
ocasión (en la vida cotidiana) para explorar como entiende el concepto de muerte.
Hablar de lo que le ocurre a alguien (un personaje de una película, algún conocido o
alguna noticia en el periódico o la televisión) les puede resultar más fácil que hablar
de sí mismos.
5. Ser claros: Debemos ser simples y breves en nuestras explicaciones. Debido a que
la mente de los niños piensa en términos concretos, puede ser más fácil hablar de la
muerte en términos biológicos, como un cambio en una función. Por ejemplo, decir: la araña está muerta, por ello, ya no puede caminar o cuando alguien muere, deja
de respirar, ver y hablar“. Utilizar frases como: descansar o marcharse pueden
ser confusos para los niños. Es mejor usar términos más precisos.
6. Esperar: después de hablar con nuestro hijo sobre la muerte, puede parecer que se
quede satisfecho porque regresa a sus juegos y actividades normales. Sin embargo
es probable que vuelva a sacar el tema tiempo después de haber procesado la
información anteriormente platicada y ese será un buen momento para comprobar lo
que ha entendido y preguntarle si tiene más dudas al respecto.
7. Tranquilizar: cuando se habla de la muerte, es frecuente que los niños pequeños
pregunten a los padres: ¿tú también te morirás. Quizás sean demasiado pequeños
para comprender que la muerte es permanente, pero lo que realmente les asusta es
quedarse “solos”. Es una buena idea confirmarlo, preguntándoles: ¿Te preocupa
que no pueda cuidarte?. Si esa es su preocupación, podemos tranquilizarles
diciendo: probablemente no muera en mucho, mucho tiempo, así que estaré aquí
todo el tiempo que me necesites. Un niño mayor podría necesitar más consuelo y
se le puede decir: si muriera, hay muchas personas que se ocuparían de ti, como tus
tíos o tus abuelos.
Es una triste realidad que la muerte nos alcanzará a todos. Por mucho que queramos
proteger a nuestros hijos de este dolor, no podemos hacerlo para siempre. Hablar durante
este tema durante la infancia les ayudará de sobre manera a procesar una pérdida en el
momento en el que les toque vivirla, el tema de la muerte es un tema que los niños
cuestionan y van comprendiendo poco a poco a lo largo de su infancia y así como otros
temas cruciales para su sano desarrollo emocional la comprensión de la muerte representa
en el niño uno de los temas más complejos pero a su vez fundamentales en el desarrollo
psíquico y emocional del menor.